lunes, 11 de abril de 2011

Como integrar a las viejas de enfrente al proyecto nacional


"El gobierno nacional ha llevado a su agenda de acción cosas que nosotros soñábamos en las pizzerías".

Brillante análisis del Negro Dolina sobre qué hacer con los "vecinos" que conciben que el Paraiso es un lugar lleno de policías. Lo que convence es el resultado de la acción eficaz e inclusiva del gobierno nacional.


"En la ciudad de Buenos Aires, el perfil republicano de la derecha ha alcanzado una gran penetración, tal vez en ningún otro distrito la prédica de los medios ha sido tan exitosa y casi se ha constituido un biotipo mayoritario que es como un personaje de sainete: autoritario , individualista, mezquino, intolerante, desconfiado de la política, machista, un poquito evasor de impuestos, que no da limosna porque cree que los mendigos son ricos, que aplaude cualquier clase de exclusión y que considera sagrado el derecho de propiedad. Y aquí viene lo que en realidad queria decir que es poquito: la primera tentación es no querer saber nada con esos tipos y resistirse a cualquier tipo de pacto. Yo aplaudo esa decisión en principio, pero en seguida anoto que todas estas personas que encarnan al personaje antedicho, son muchas…acaso son millones…son las viejas de enfrente de mi casa, o la multitud de buenos burgueses que han sido acorralados en rincones de malevolencia , a ellos no hay que esconderlos bajo la alfombra, sino que creo que hay que persuadirlos y hay que incorporarlos astutamente a un proyecto nacional. Hay que hacerlos egresar de una superstición fogoneada por la prensa conforme a la cual el Paraíso vendría a ser un lugar lleno de policías .

Algunos foros han hecho un trabajo interesante, y han contribuido a dar vuelta una situación que parecía fatal para el gobierno y para la cosmovisión que lo rodea, pero probablemente ha sido la acción del propio gobierno su más fuerte defensa y ya algunas viejas de enfrente de mi casa han empezado a dudar, o a pensar que después de todo los pobres no son pobres porque son vagos como ella creía, por eso mi humildísima propuesta de hoy es abandonar los preceptos clásicos de la publicidad política. A lo mejor no tendríamos que hacer ni festivales, ni cortos publicitarios con Filmus tocando el timbre de los vecinos, inclusive yo no se si no hay que pensar en renunciar a la ironía y dejar de creer que las carencias de los opositores son virtudes nuestras.

Lo mejor es persuadir con la inteligencia en acción y dejar que el proyecto de las corporaciones se marchite solo en su propia infecundidad, sin hacerle el homenaje de un miserable pisoton.

El gobierno nacional ha llevado a su agenda de acción cosas que nosotros soñábamos en las pizzerías."